Como jóvenes, debemos conocer cómo nuestros gustos y preferencias tienen consecuencia en cosas tan importantes como la elección de nuestra carrera y la universidad en la que estudiaremos.
En este sentido, conviene saber que la experiencia universitaria no solo depende de la institución o el plan de estudios que hayamos elegido, sino que también debemos asegurarnos de tener una formación integral que incluya la espiritualidad.
Para ello, es importante definir los valores que funcionan como pilares de nuestra vida e identificar el propósito que queremos cumplir como personas. En la universidad, esta reflexión es de gran ayuda para tomar las decisiones que definirán el resto de nuestra historia personal y profesional.
Conocer los valores de la universidad en la que elijamos estudiar es muy importante para desarrollarnos en todos los aspectos de la vida.
Esto se debe a que una formación en valores promueve la empatía, la responsabilidad social y el respeto hacia los demás, apoyando la construcción de una sociedad justa y equitativa.
Incorporar la espiritualidad a la formación profesional conlleva más beneficios de los que hubiéramos imaginado, entre ellos podemos encontrar:
En la vida universitaria, el desarrollo de la espiritualidad funciona como una brújula que aporta claridad sobre la dirección que debemos tomar en cada situación y da significado a cada una de nuestras acciones y decisiones.
Ser espiritual proporciona un sentimiento de seguridad en momentos de estrés, ansiedad o tiempos difíciles. De esa forma será posible enfrentar de mejor forma las metas y objetivos.
Ser espiritual también se relaciona con dar significado y profundizar los vínculos entre los grupos humanos. En el ámbito académico, ayuda a construir el sentido comunitario entre compañeros, docentes, padres de familia y personal de la institución, aportando una red de apoyo fuerte ante los desafíos de la cotidianidad.
Cuando se tienen claros valores como la búsqueda del bien, la verdad y honestidad, se tiene la base para emprender cualquier proyecto y enfrentar con integridad y confianza los desafíos que con seguridad se van a presentar.
Una formación espiritual promueve que los alumnos actúen como agentes de cambio positivos e innovación en la sociedad, a través de su intervención en los distintos campos profesionales una vez que concluyen sus estudios.
Esta educación nos habilita para comprender las realidades de otros, permite desarrollar una visión más amplia y trabajar en equipo para encontrar soluciones a los problemas que enfrenta la sociedad.
Optar por una universidad donde los planes de estudios inviten a la reflexión, empatía y desarrollo integral, como es el caso de la Universidad Anáhuac Querétaro, impulsa la formación de profesionales comprometidos con el bienestar común y el desarrollo de una comunidad más justa y humanitaria.
El Modelo educativo Anáhuac 2025 está diseñado para cumplir la promesa educativa de la institución; esto es, entregar a nuestros estudiantes una formación que abarque todos los ámbitos de la experiencia, al tiempo que los capacita para ejercer un liderazgo positivo, estar siempre dispuestos a servir a los demás y transformar el entorno de manera favorable.
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