La tecnología, como cualquier herramienta de trabajo de la humanidad, debería tener como principal objetivo garantizar el bienestar de la sociedad, a través de la innovación, el conocimiento y la transparencia. Es por ello que desarrollar tecnologías climáticas, aquellas con el potencial de frenar el impacto del cambio climático, es más crucial que nunca.
Quizá al leer “tecnologías climáticas” hayas pensado automáticamente en paneles solares o en coches eléctricos. Sin embargo, eso no es todo lo que abarca la innovación enfocada en el medio ambiente.
Para demostrártelo, en este artículo exploraremos los distintos tipos de tecnologías climáticas que existen, así como algunos ejemplos innovadores que están sacudiendo a las industrias y los gobiernos.
Entendemos “tecnología climática” como toda técnica o herramienta específicamente diseñada para contribuir al desarrollo sustentable y a la reducción del impacto del cambio climático. Aunque el objetivo más común de este tipo de tecnologías es el de reducir la emisión de gases de efecto invernadero, sus aplicaciones son cada vez más diversas y se pueden agrupar en tres grandes grupos, de acuerdo con el enfoque que las caracteriza:
Mitigación y reducción de emisiones
Adaptación a los efectos del cambio climático
Concientización sobre la crisis ambiental
La urgencia por implementar tecnologías no solo conscientes sino también contundentes en contra de la crisis climática se ha traducido en inversiones importantes de parte de gobiernos y de algunos sectores de la iniciativa privada. Esto se ha logrado a través de las Special Purpose Acquisition Companies, empresas específicamente diseñadas para financiar el desarrollo de tecnologías climáticas.
Ahora bien, te presentaremos algunos ejemplos de tecnologías climáticas que han destacado en los últimos años como formas de innovación imprescindibles para luchar contra la crisis medioambiental.
Esta tecnología tiene el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero. Su proceso consiste en capturar las emisiones antes de que estas sean liberadas a la atmósfera, y almacenarlas bajo la tierra o el lecho submarino.
Gracias a su efectividad y seguridad, la técnica CAC ha ganado mucha popularidad recientemente. Tanto es así que organizaciones como la Asociación Internacional de la Energía (IEA) ha afirmado que, para alcanzar los objetivos climáticos mundiales, se necesitará capturar alrededor de 28,000 millones de toneladas métricas de CO2 antes del año 2060.
A grandes rasgos, la eficiencia energética se define como la optimización del consumo de energía para alcanzar niveles funcionales, que permitan dar servicio a un grupo de personas, desde un hogar hasta una nación entera.
Probablemente este tipo de tecnología climática es una de las más sonadas y con mucha razón, pues se calcula que, para los usuarios como tú y yo, puede reducir tanto el gasto energético como el económico. Consiste en la incorporación de herramientas como los siguientes:
Termostatos inteligentes: utilizan algoritmos de aprendizaje automático que monitorean los hábitos de consumo de los usuarios y, con base en ello, ajustan la temperatura para que los sistemas de ventilación y calefacción solo se utilicen cuando sea necesario.
Iluminación LED: estas son una excelente alternativa para las bombillas incandescentes, pues utilizan hasta un 80% menos de energía y producen la misma cantidad de luz; asimismo, tienen una duración mayor por lo que, a largo plazo, se necesita comprar menos bombillas, lo cual también representa un ahorro económico.
Sistemas de gestión de energía: permiten a empresas y usuarios rastrear y administrar, de tal forma que se pueda identificar las áreas en las que se puede ahorrar energía y reducir gastos.
Para un gobierno, ejecutar políticas para eficientar la energía es sumamente crucial, pues permite, entre otras cosas, garantizar el abasto y la seguridad de la energía de toda la población.
A menor escala, por ejemplo, en tu propia casa, la eficiencia energética te ayuda a reducir el gasto en las facturas de electricidad e, incluso, a prevenir apagones.
Las energías renovables provienen de medios naturales como la energía solar, la eólica, la geotérmica y la hidráulica. Como su nombre lo indica, al provenir de medios naturales, este tipo de energía puede reabastecerse y aprovecharse de forma continua y más eficiente que las no renovables.
A diferencia de la energía producida mediante la quema de combustibles fósiles, las energías renovables producen muchas menos emisiones contaminantes y, en muchos países, suelen ser más baratas de producir. Las tecnologías climáticas de energía a través de fuentes renovables se suelen presentar en medios como:
Paneles solares: tienen una vida útil de aproximadamente 30 años.
Turbinas eólicas: el potencial técnico de la energía eólica es mayor a la producción global de energía eléctrica.
Energía geotérmica: consiste en la generación de electricidad a través de depósitos geotérmicos y lleva más de 100 años funcionando exitosamente.
Si retrocedemos un poco, nos daremos cuenta de que para seguir desarrollando la tecnología y la innovación necesarias para combatir el cambio climático, la educación también debe ofrecer programas que tengan al medio ambiente como prioridad. Aquí es donde la Ingeniería Ambiental en la Universidad Anáhuac Querétaro tiene un papel central.
Las problemáticas complejas requieren de soluciones igual de complejas y sistemáticas, por lo que este programa se destaca en todo México por integrar cinco ejes temáticos principales: la energía, el ambiente, la sustentabilidad, el entorno social y el económico.
De esta manera, los estudiantes de Ingeniería Ambiental son capaces de no solo comprender a su totalidad la crisis climática, sino también de proponer proyectos inventivos que ataquen este problema de raíz. Gracias a la sólida formación que en la Anáhuac Querétaro reciben, cada egresado puede destacarse en alguno de estos sectores:
Organismos públicos y privados que desarrollan proyectos para estudiar el impacto del cambio climático.
Empresas que desarrollan tecnologías climáticas para frenar los efectos de la crisis.
Consultoras que asesoran a otros organismos sobre las mejores prácticas para disminuir su huella climática.
No dejemos que lo abrumador de la crisis ambiental nos paralice y organicémonos para lograr un mundo mejor. Al estudiar una carrera comprometida con frenar el cambio climático como Ingeniería Ambiental, tú puedes ser parte de la diferencia necesaria.
No esperes más y contáctanos para aprender más sobre esta carrera en la Universidad Anáhuac Querétaro y únete; trabajamos por el hoy y el mañana.