Aristóteles inicia su Metafísica (A1, 980a) con esta sentencia: “Πάντες άνθρωποι του ειδέναι ορέγονται φύσει” (Todos los hombres desean por naturaleza saber). No podía ser de otro modo, pues desde el momento en que la humanidad tomó consciencia de la existencia del mundo, de los demás y de la suya propia se posicionó ante la realidad como alguien que podía afirmarla, descubrirla, transformarla y vivirla. Desde esta condición exclusiva, para el ser humano la especie se volvió sociedad; el paso del tiempo se tornó historia; la memoria dio paso a la identidad y a la cultura; el orden del cosmos fue un estímulo al desarrollo de las ciencias; y las propias limitantes humanas fueron un incentivo para ser trascendidas a través de la creatividad.
Queremos saber por qué somos humanos y es, precisamente, por este motivo que el estudio de las Humanidades se vuelve esencial para cualquier saber, porque todos presuponen la humanidad: “la experiencia de cualquier cosa que se encuentre fuera del hombre siempre conlleva una experiencia del propio hombre. Pues el hombre nunca experimenta nada externo a él sin que, de alguna manera, se experimente simultáneamente a sí mismo” (Wojtyla, 1982, p. 3). Y a diferencia de otros saberes, el estudio del ser humano en cuanto humano no nos será jamás indiferente, pues involucra nuestra propia existencia y su sentido global. Como diría Terencio (Heauton Timoroumenos, 77), “Humano soy, y nada de lo humano me es ajeno”.
La Maestría en Humanidades busca abordar las cuestiones fundamentales de la existencia humana (su origen, su naturaleza y sus propiedades, su destino) de las que luego depende todo nuestro obrar, nuestros derechos y responsabilidades, así como las manifestaciones a través de las cuales nos expresamos y descubrimos como humanos, tales como: el arte, la literatura, la historia, la cultura, la sociedad…
Aristóteles (2002). Metafísica. Texto grego com tradução ao lado. São Paulo, Brasil: Edições Loyola.
Wojtyla, K. (1982). Persona y acción. Madrid, España: Editorial Biblioteca de Autores Cristianos.