Por la Dr. en Arq. Alejandra Bolado
“El espacio es la forma de ordenación de lo coexistente
de la misma manera que
el tiempo es la forma de lo sucesivo”
Las citas anteriores nos explican claramente nuestro tema, el espacio es una conformación de elementos que, si somos asertivos, los podemos llevar a ser atmósferas para el usuario, de modo que él al recorrerlos o permanecer en ellos en una relación cuatridimensional (espacio-tiempo), esto quiere decir lo corporeo, alcance una simultaneidad con los objetos. En los siguientes párrafos desarrollaremos varias ideas en torno al color y el Interior y cómo esta relación nos afecta como usuarios en el espacio.
Como mencionamos, el Interior es una interacción entre el ser humano y el espacio con que se relaciona. El color es uno de los elementos que afecta esta ecuación. En estos últimos meses lo que hemos vivido en nuestro diario confinamiento, es una relación íntima con nuestros espacios, esos a los que solo acudíamos de manera temporal y hasta incidental a veces, a los que poca o nula atención prestábamos y que en el hoy, vemos como un espacio carente de atmósfera, insulso e irrelevante en el mejor de los casos, en el peor, el que nos provoca sensaciones acumuladas de aburrimiento, hastío, enojo y hasta ira. Nos hemos percatado más conscientemente de si nos agradan o no nos agradan, de si los pasábamos de largo o permanecíamos en ellos, de la afectación a nuestro diario vivir a nivel sensorial y psicológico. En este contexto, el impulso de cambio apareció.
A partir de esta realidad, el hoy ha cambiado para el Interiorismo de ser un lujo a ser una necesidad y la responsabilidad del interiorista como profesional especializado es mayor. El conocimiento de los elementos componentes es necesario, refiriéndonos a nuestro tema: el color, podemos entender que este y su aplicación, es la manera más barata y rápida de generar un cambio. Es cierto que es uno de los elementos fundamentales para modificar el ambiente, sin embargo, el solo pintar unos muros y techos del color favorito no es la generación de un ambiente. Esto nos puede ayudar a armonizar o no el espacio con los elementos que no modificaremos; con elementos nos referimos a muebles, objetería plana, objetería menor, textiles, etc.
Si bien el color nos influye e impacta, en ocasiones no nos damos cuenta, ya que nos rodea, lo vivimos, estamos inmersos en él. Para que podamos verlo entramos en un proceso en el que interviene la luz, nuestro sistema ocular, el cerebro, nuestro bagaje previo, las emociones y la memoria (que recordemos no es reproductiva sino reconstructiva) y generamos interpretaciones que en ocasiones son evocaciones imprecisas.
La afectación del color en ocasiones, como mencionamos, es en grado consciente e inconsciente, pues parte de ondas electromagnéticas que en ocasiones son visibles y en otras no lo son. El neurocientífico Bevil Conway (2001), por medio del uso de un escáner cerebral, descubre que hay neuronas que detectan diferentes tonalidades. Gracias a esto podemos entender que existen jerarquías en la estimulación de los colores, pero que también es multisensorial el efecto provocado; siendo las emociones en este sentido de origen fisiológico con afectaciones culturales que las influyen.
En inicio, la discriminación visual es el primer contacto de un proceso que afecta nuestra realidad. Claro ejemplo son teorías como la cromoterapia, en la cual se trabaja con el concepto de foto estimulación, similar a la fototerapia, solo que aquí no solo se trabaja con la luz, sino con los colores del espectro (no solo UV e infrarrojo), y dependiendo del tiempo de contacto, la afectación. Estas teorías han permitido detectar, a partir de la luz y el color, la activación de diferentes procesos bioquímicos en el cuerpo humano, afectando incluso algunos órganos. La “cromoterapia clínica” se enfoca principalmente en afectar la glándula pineal, lo que permite estimular o inhibir la secreción de determinadas hormonas y neurotransmisores.
Como hemos observado en los puntos anteriores, aunque no se haya tratado de manera rigurosa, el color es indudablemente un factor que impacta en nuestras vidas a muchos niveles, por lo que no debemos tomar su uso y aplicación a la ligera. No es tan superfluo como elegir el color que te gusta para lograr una buena atmósfera, sino que es en realidad la armonización de un todo con el color, lo que genera la atmósfera.
Resumiendo, podemos decir que el color es un lenguaje esencial para nuestro equilibrio, con características y reglas propias que se unen a otras para derivar en una atmósfera. El color produce sensaciones en el ser humano, produce reacciones físicas subjetivas y objetivas y necesariamente debe haber intencionalidad fundada en el conocimiento para poder ser asertivos en su aplicación.
BIBLIOGRAFÍA
- Albers, J.,(1971). La intención del color. Madrid:Alianza Forma
- Baal-Teshuva, J.(2003).Rothko. Barcelona: Tashen.
- Ball, P. (2001). La invención del color. Madrid: Turner
- Ferrer, E. (2007). Los lenguajes del color. México:FCE