El ferrocarril es uno de los medios de transporte más utilizados a nivel mundial. Tan sólo en México se transportaron aproximadamente 170.4 toneladas de mercancía en el 2020, representando un aumento del 9.04% comparado con el 2010, según cifras del gobierno mexicano. (Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario, 2021)
Este medio es fundamental para mantener activa la economía en México, fortaleciendo la importación y exportación de todo tipo de productos; industriales, agrícolas, petróleo, minerales, entre otros.
Al igual que el resto de los medios de transporte, la ecología y sustentabilidad en la industria ferroviaria comenzaron a ser un tema de conversación desde hace tiempo.
¿Qué tan lejos está México de tener avances en este rubro que realmente se traduzcan en un cambio?
Pablo Torres, Ingeniero en Electrónica en Comunicaciones, actualmente se dedica al comercio de marcas estadounidenses y europeas que buscan la mejora del transporte ferroviario en México, con actividades que van desde mantenimiento e infraestructura hasta productos de innovación que fortalecen la seguridad de las vías. Pablo nos platicó sobre la situación en la que se encuentra nuestro país respecto a la innovación y temas sustentables en la industria ferroviaria.
Primero, tengamos en cuenta que los trenes de pasajeros y de carga no son lo mismo. Aunque ambos tienen la finalidad de transporte, son construidos de manera distinta.
Actualmente, en la categoría de pasajeros México no está en una posición de compararse con países europeos como Alemania, ya que estas potencias han comenzado a implementar tecnología de trenes de hidrógeno o baterías, dejando a un lado el combustible y reduciendo la huella de carbono.
En cuanto a transporte, el avance tecnológico está en marcha, pero no de una manera tan acelerada como “debería”. Menos aún, si consideramos que la industria ferroviaria en México depende en gran porcentaje de la industria en Estados Unidos, pues la mayor parte de los productos que transitan por el territorio nacional vienen de este país y esos equipos necesitan unidades de potencia y gasolina. Aunque poco a poco se hacen cambios, como la implementación de uso de grasas biodegradables, caucho reciclado o durmientes de productos reciclados (sustentable), la cultura ecológica y sustentable en la industria todavía no está tan presente en nuestro vecino del norte, por ende, no se refleja aquí tampoco.
Un factor relevante que impacta en esta lenta evolución es el costo de inversión que implica implementar nuevas tecnologías. Incluso, en Estados Unidos, California es el único estado en el que el transporte eléctrico empieza a ser prioridad. Dicho transporte funcionará con electricidad suministrada totalmente a partir de fuentes renovables.
Aunado a esto, es importante considerar que gran parte de la inversión en innovaciones que se hace en México, en lugar de atender el tema ecológico, se enfoca en resolver problemáticas y factores de inseguridad, como vandalismos y robos; tanto de piezas como de cargamento. Estas acciones retrasan en tiempo e inversión la llegada de un futuro ecológico.
De acuerdo con el ingeniero Pablo Torres, una de las soluciones para implementar una industria ferroviaria ecológica y sustentable son nuevas normas, aplicaciones y leyes ecológicas por parte de los gobiernos, así como una inversión e incentivos de por medio.
Tren Maya e Interoceánico
El Tren Maya es un proyecto en México que ha dado de qué hablar, pues ha sido sumamente polémico y criticado por muchos. Aunque la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) asegura que cumple con permisos ecológicos de construcción, han surgido diversas manifestaciones que utilizan términos como “ecocidio” denunciando un proyecto que, aparte, enfrenta múltiples problemas legales con terceros.
“A largo plazo puede ser una buena inversión [siendo transporte de pasajeros], hará crecer y conectar a comunidades. Si se mejoran las planeaciones puede ser una mejor decisión que impacte positivamente en las comunidades como traslados o empleos, pero por ahora no se ve tan claro y tampoco ha habido una planeación minuciosa que podría afectar, en lugar de ser benéfico”. Argumentó Pablo Torres al respecto.
Otras rutas consideradas como necesarias salieron en la conversación, tal como Ciudad de México - Querétaro, ya que esta carretera actualmente mueve a miles de personas día con día y continuamente experimenta tramos en reparación, fuertes congestiones vehiculares en ciertos horarios concurridos y accidentes viales de manera muy frecuente.
Otro de los proyectos ferroviarios nacionales que en están en marcha es el Tren Interoceánico. El proyecto pretende aumentar los niveles de exportación e importación. “Es una zona en la que se le puede competir al canal de Panamá, pues es un área estrecha para cruzar”, comentó Pablo acerca del proyecto. A diferencia del canal de Panamá, la manera de transporte de carga en el proyecto interocéanico funciona de barco a tren y de tren a barco, ocasionando que se utilicen más herramientas y procesos, como grúas y más equipos de cargamento, incrementando también los costos en los procesos de logística. “El proyecto está a futuro, porque en la zona no hay mucha industria y la población, lamentablemente, no está educada para un ferrocarril con prioridades más importantes para ellos, lo cual puede ocasionar bloqueos y acciones en contra del proyecto”, concluyó.
Un factor importante que repercute en la falta de conocimiento y familiarización de la población de la zona es que, a diferencia de la zona centro y el norte, el sur no ha sido correctamente considerado en cuestión de inversión y construcción de una infraestructura importante para el crecimiento de la región.
Al igual que el tren maya, para el Ingeniero Torres podrían existir proyectos ferroviarios que tuvieran un impacto más interesante económicamente, considerando la inversión que hay en el proyecto. “No es que algo sea más necesario que otro, los dos son importantes, sólo tiene que haber mejores formas. La zona del tren interoceánico es muy riesgosa, pues es muy cara su manutención” añadió.
Si bien se pretende encontrar un futuro ecológico y sustentable por parte de la población y empresas privadas, el apoyo por parte del gobierno es fundamental; como bien nos mencionó Pablo Torres, se requieren leyes, normas e inversión para progresar en el ámbito sustentable, tanto en proyectos ferroviarios, como en la industria del transporte y, decisiones como construcción de refinerías y de energías contaminantes cuando la cultura mundial busca lo contrario, hacen el proceso de evolución más lento. Impactando también en la huella ecológica del país.
La responsabilidad social se conforma de principios y estándares que cada vez más industrias implementan en sus procesos para estar acordes a las políticas públicas y colaborar para un mejor planeta, frenando el calentamiento global que ya experimentamos actualmente. Las empresas y organizaciones gubernamentales poco a poco empiezan a considerar este concepto como parte de sus estrategias a corto, mediano y largo plazo, contratando más personal expertos en el tema; aunado al hecho de que cada vez existen más certificaciones que sustentan a la Responsabilidad Social como prioridad para los próximos años.
Ya en la actualidad, las empresas que no estén implementando estos principios y tengas sus objetivos enfocados a la Responsabilidad Social van dos pasos atrás frente a su competencia, frente a sus inversores e incluso ante un consumidor final que cada vez exige un mayor compromiso de parte de las empresas.
Referencias
- Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario. (24 de Septiembre de 2021). Anuario Estadístico Ferroviario 2020. Obtenido de Gobierno de México: https://www.gob.mx/artf/documentos/anuario-estadistico-ferroviario-2020