Publicado en Mujeres de la Política

Publicado el 6 de mar de 2020

México y el acceso a la justicia, a 25 años de Belem do Pará

por: Gretel Castorena Escalera

San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México.- México tiene una fuerte responsabilidad y el compromiso inquebrantable de contribuir en el impulso político de las mujeres libres de violencia y discriminación en la Región, así como el acceso a la justicia, alentando a que los Estados del país incorporen dentro de sus marcos normativos las directrices necesarias para el avance democrático de las mujeres.

La semilla sembrada hace 25 años con el primer tratado internacional sobre violencia contra las mujeres ha dado frutos, aunque no los suficientes, así lo puntualizaron tres mujeres redactoras de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do Pará”, adoptada en 1994 por 32 de los 34 Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Esas tres mujeres son Zelmira Regazzoli (Argentina), Elsa Georgina Leiro (Chile) y Linda Poole (Estados Unidos), quienes se autodefinieron como “Las Brujas Mayores” durante su participación en el marco del Segundo Encuentro de la Red de Formadoras de Derechos Político Electorales, ante representantes de organizaciones de la sociedad civil e instituciones académicas de todo el país.

En este encuentro relataron la violencia que vivieron por dedicarse desde hace décadas a defender a otras mujeres, a luchar por las demás, a abrir camino y marcar surcos, para que otras podamos acceder a educación, puestos públicos, cargos de elección popular, o simplemente para que existan mecanismos que nos busquen en casos de desapariciones.

Las experiencias que compartieron permiten ver que más que sororidad, existe affidamento, porque es con fe, a través de la confianza a lo que se ama que, algunas hacen lo imposible por defender a la otra, por acompañarle.

Fueron enfáticas en puntualizar que no se ha avanzado con la rapidez deseable, que es necesario que los discursos se traduzcan en acciones puntuales, manifestaron la urgencia de poner atención en la violencia que sufren las defensoras de los derechos políticos, dijeron que no se puede aislar de la experiencia de discriminación de todas las mujeres, ya que en mayor o menor medida se han enfrentado a la misma, por el sólo hecho de ser mujeres.

En este encuentro se reunieron con mujeres que han decidido convertirse en defensoras de derechos de otras, que se apoyan en diversas actividades públicas como cuando han decidido participar en procesos electivos en sus comunidades, municipios o entidades.

Y las bases están en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do Pará”, que afirma que la violencia constituye una violación de los derechos humanos. Ahí por primera vez se estableció el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado.

La Convención establece que, como garantes de los derechos humanos, los Estados deben actuar con debida diligencia para prevenir, investigar, sancionar y reparar todas las formas de violencia contra las mujeres.

Desde 1994, las Américas se ha posicionado como la región con mayor grado de desarrollo normativo para proteger a las mujeres de la violencia, con fuertes leyes integrales a nivel nacional que reflejan las disposiciones de la Convención. un indicador de la voluntad y del compromiso político para fortalecer la respuesta a esta violencia desde una perspectiva de derechos humanos es la adopción de cada vez más leyes sobre las distintas manifestaciones de la violencia contra las mujeres: el femicidio, la violación y el acoso sexual, la trata de mujeres y niñas, la violencia política, económica y simbólica, entre otras.

Sin embargo, todavía persisten retos importantes para garantizar el derecho de las mujeres y las niñas a vivir libres de violencia, especialmente contra las mujeres que participan en la vida política, esta violencia afecta a las mujeres de forma desproporcionada, cuyo resultado es impedir total o parcialmente a las mujeres gozar de sus derechos políticos.

Como consecuencia, el Mecanismo de Seguimiento de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará) ha reconocido que este tipo de violencia constituye una grave violación de los derechos humanos y una amenaza para la democracia.

Desde el año 2015, la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) y el MESECVI han centrado sus esfuerzos en evidenciar esta violencia y fortalecer las capacidades de los Estados para atender y prevenir esta problemática. Al mismo tiempo, han buscado empoderar a las mujeres en el ejercicio de sus derechos para participar en la vida pública y política en todos los ámbitos de la sociedad. Como resultado, el MESECVI ha aprobado tanto la Declaración sobre la Violencia y el Acoso Político contra las Mujeres, como la Ley Modelo Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las Mujeres en la Vida Política.

Ya sea por sororidad o por affidamento, lo cierto es que las mujeres nos agrupamos y nos identificamos, ahora falta que nos reconozcamos íntegramente y juntas caminemos, para seguir con el propósito que hace 25 años ha dado uno de los mejores frutos: la convención para luchar contra la violencia hacia las mujeres por el hecho de ser mujer.

Gretel Eunice Castorena Escalera, forma parte de la Asociación Mundial de Mujeres de

la Política, (con especialidad en género y comunicación), es docente titular en

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, activista social

con la colectiva Baubo Ultrapúrpura, se ha desempeñado como

funcionaria federal y estatal. Actualmente es Consejera

de INMUJERES por Michoacán, México y conductora

del programa Agenda Política en Grupo Radiotele.

Revista Mujeres de la Política año 2 #3 2020

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