Estás caminando por el pasillo del supermercado, haciendo “el súper” como cada semana, casi como un proceso automatizado, sólo que, en esta ocasión, hay algo distinto; volteas a ver el anaquel de productos y uno llama tu atención. Imposible no verlo, pues tiene un letrero enorme que dice “NUEVO” en colores amarillos y rojos. Tomas el empaque y te llena de curiosidad probarlo, al mismo tiempo que piensas “¿Cómo se les ocurrió eso?”, “¿De dónde sacan tanta imaginación?”. Bueno, déjame decirte que no es imaginación o alguna ocurrencia que sucedió en el profundo sueño del CEO de la compañía. Ese producto pudo haber tomado años desde su concepción hasta su lanzamiento y lo primero que se hizo para saber si era un producto viable y rentable fue un estudio de mercado.