“Esta no es una época de cambio, es un cambio de época”. Anónimo.

Durante los días de contingencia un innumerable conjunto de disposiciones anímicas, creativas, profesionales y hasta comerciales nos han invadido para hacer frente a un escenario que apareció de imprevisto y que no deja de provocar preguntas. No deseo añadir más a lo que todos hemos experimentado y más o menos expresado mientras transcurre la cuarentena. Estas líneas no desean simplemente transitar por esos pasajes comunes que a estas alturas todos identificamos y, quizá, estemos un poco cansados de leer o escuchar. Mi intención es más bien reunir las inquietudes compartidas por dos voces de una misma casa editorial, pero con posiciones bien diferenciadas, que igual se muestran conscientes del enorme compromiso que supone ‘regresar’ después del coronavirus.

El mundo competitivo en el que vivimos ha obligado a los reclutadores y directores de Recursos Humanos a implementar nuevas técnicas para la evaluación y contratación de personal.

Contar con asesoramiento jurídico de calidad permite la toma de decisiones certeras en el día a día, además de hacerle frente a las controversias legales que puedan suscitarse, sin embargo, el mayor beneficio es anticipar y prevenir los conflictos jurídicos, lo que genera mayor rentabilidad para toda organización. 

Debido a los efectos del coronavirus se ha gestado una nueva crisis económica mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya le tiene nombre: El Gran Confinamiento. Según expertos será la peor crisis desde la gran depresión en 1929.

Algo tenemos claro, el cliente es la parte central de toda compañía, y es por eso que los esfuerzos de marketing van dirigidos a la captación de clientes y aumentar las ventas y rentabilidad, sin embargo, pocas son las empresas preocupadas por un aspecto de igual o mayor valor: conservar clientes y generar pertenencia de marca.

¿Te esperabas una pandemia como la del COVID-19? Seguramente tu respuesta es NO. Es difícil predecir una eventualidad de este tamaño, sin embargo, si puedes prevenir el impacto de situaciones ajenas a tus metas y objetivos.

No es nada fácil estar a la cabeza de un grupo de personas o al frente de una organización. En situaciones como la que vivimos actualmente, en las que impera la incertidumbre, un líder debe tomar decisiones certeras que protejan la integridad de sus colaboradores sin descuidar los objetivos de la compañía.