Las distorsiones cognitivas representan interpretaciones erróneas que facilitan los conflictos interpersonales porque proporcionan una visión negativa sobre el entorno social. Las distorsiones cognitivas guían a la persona a no asumir las consecuencias de la ira y desplazar la responsabilidad hacia quien la recibe; así la persona que agrede sigue manteniendo un autoconcepto positivo de sí mismo.